La adquisición de elementos de protección contra el virus y la adecuación de los espacios comerciales han supuesto una inversión para algunos negocios y, para compensar esta inversión, algunos han subido las tarifas o implementado una tasa.
La esteticista Lucía Rodríguez ha tenido que comprar EPI, nuevas mesas para asegurar la distancia, instalar mamparas de cristal templado, y comprar un autoclave para esterilizar el instrumental. En total, más de 5.000 euros ha tenido que invertir para reabrir su negocio.
Para compensar estos gastos, primero aplicó un suplemento fijo de dos euros, aunque después de hablar con los clientes, decidió retirarlo y subir tarifas.
Sobre esta subida de precios, conocida como 'tasa COVID-19', ya han llegado algunas consultas a la Unión de Consumidores de Asturias. Desde la UCE recuerdan que para que esta práctica sea legal, los negocios están obligados a comunicar la subida de precios a los clientes.
Lucía ya ha encargado listas de precios actualizadas y mientras llegan, informa a sus clientes a través de las redes sociales o al recibirlos en su centro de estética.
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